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Una de las más famosas es el ánima del “finaito Raimundo” en Chillán, que nació como una construcción de carretera de esas típicas casitas con una cruz, pero que se ha convertido en una verdadera ciudad que ha ido creciendo desde 1902. La historia dice que allí murió asesinado Raimundo Venegas, hijo de Pantaleón Venegas, a manos del bandolero Hipólito Campos, quien lo asaltó para robarle.


Raimundo venía en su cabalgadura desde San Nicolás a comprar a Chillán, como era habitual a principios del siglo pasado, con el dinero correspondiente a la venta de unos animales. El criminal, además de quitarle su dinero, habría actuado con extrema crueldad y lo habría ultimado a pesar de sus súplicas.
Con el tiempo, como todos los habitantes de San Nicolás que viajaban a abastecerse a Chillán usaban esa misma ruta, fue creciendo el fervor por el “finaito Raimundo”.


Como además el lugar está a un costado de la que fue la Panamericana Sur, que atravesaba Chillán de norte a sur prácticamente por el centro, la animita milagrosa alcanzó estatus nacional y continuó creciendo físicamente en estructura, en fama y popularidad.


Hoy mantiene un culto vivo y es una de las animitas más prestigiosas del país.

"Ánima del “finaito Raimundo”

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